Mucho se habla del escándalo, de la destrucción de la propiedad pública y privada, del gasto material que generan las movilizaciones ciudadanas y el desorden que aparece en cada manifestación. Yo soy uno de esos cientos de miles que se ha manifestado en las calles cuando su trabajo y horarios se lo han permitido. No soy de aquellos que tiran piedras, soy de esos que levantan su puño gritando por mejores condiciones para mis hermanos chilenos porque, lo quiera o no, estos cambios no me beneficiarán a mí, pero no por eso debo ser egoísta y decir que no es mi lucha y que no me corresponde estar ahí en la calle.. Miles de personas en décadas pasadas han luchado y gritado por la libertad de los pueblos, levantando revoluciones con la fuerza de las ideas y sólo con sus gargantas.

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