Me pasó que desde el sábado pasado arrastraba una dolencia en la espalda. Lado derecho para ser más preciso y que luego se ubicó cómodamente en mi cuello. Me sentía como Bender, duro, no podía mover el cuello sin sentir dolor.

Lunes 4 de octubre: Se hace insorportable, por suerte no había mucho trabajo pero como a mi me gusta ir al laburo me aguanté. No mucho, porque a las 17 horas estaba camino a casa, el dolor a medida que se agigantaba se me subía para la cara. Raro, no? Continue reading