Últimamente no me gusta mucho salir. El ruido, la distorsión, mucha gente, no se puede entablar una conversación, o en mi caso, no puedo escuchar a la gente hablar. Siempre estoy obligado a ir a lugares que no quiero ir, con gente que no me interesa escuchar y peor aún, diciéndome cosas de mí, conclusiones al alero de unas cuantas copas que son condescendientes y que no quiero escuchar. No me interesa caerte bien, no nací para tener un millón de amigos ni me interesa tenerlos.
Pero, ahí estaba ella. Su piel blanca, sus ojos verdes me llamaron inmediatamente la atención.